lunes, 8 de junio de 2015


ÁNGEL DEL SILENCIO

"No he soltado a mi ángel mucho tiempo,
y se me ha vuelto pobre entre los brazos,
se hizo pequeño, y yo me lucía grande:
de repente yo fui la compasión;
y él, solamente, un ruego tembloroso.

Le di su cielo entonces: me dejó
él lo cercano, de que él se marchaba;
a cernerse aprendió, yo aprendí vida,
y nos reconocimos lentamente...

Aunque mi ángel no tiene ya deber,
por mi día más fuerte desplazado,
baja a veces su rostro con nostalgia,
como si no quisiera ya su cielo."

                                                                                                              Rainer María Rilke


Para los pájaros y la luminiscencia que se pone en los ojos del amor.
A José Manuel Hermoso, alma que resume la razón de esta palabra
Para la libertad de esos pájaros que nombro, y que han llegado a las ventanas de mi vida mientras he mirado mi espíritu en el ojo del Universo.


Las palabras en mi cuaderno
en mi mente
hacia el cielo que miro
en los miedos conjugados.
Junto a las madrugadas en la encrucijada de una pesadilla.
Dentro de mis zapatos
alrededor de mis ojos
escondidas en mis oídos
ausentes cuando llega la persona de la necesidad.
/conmigo/
cuando a los hijos de mis sueños le sobrevienen gritos.

También en los lugares del concilio
arrollada en una urbe
acurrucada en la ribera de un río revuelto.
Con una maleta en una estación sin tren.
Con el periplo de un acto de fe
hundidas como raíces
sobrevividas de ningún odio.

Las palabras solas
mirando una ventana
el árbol en la misma ventana
las ansiedades que no van a la feria
las otredades que se nombran
debajo de lunas rituálicas.

La palabra de Dios
la de quien nada sabe
la que nunca abandona.

No hay comentarios:

Publicar un comentario